El baile es una actividad ligada al ser humano desde tiempos inmemoriales, utilizado en la mayoría de los rituales religiosos relacionados con los fenómenos de la naturaleza y como medio de invocación de fuerzas metafísicas o espirituales. El baile es expresión de energía y, dependiendo de su propósito, puede relacionarse con energía positiva o negativa. Así mismo, hay que recordar que la música es sonido, el sonido se transmite por vibraciones que a la larga constituyen una forma de energía. En consecuencia, el baile acompañado de música constituye una manifestación muy poderosa de energía.
De acuerdo con las enseñanzas hinduistas y en general orientales, en el universo existe una energía vital y creadora, que fluye naturalmente por la Naturaleza (el Qi) siendo éste el misterio que conforma la armonía del ecosistema y el cosmos. La meditación en general, permite a quienes la practican conectarse con esta energía vital para ser parte de su fuerza y beneficiarse de sus bondades. Es así que, remontándonos a lo dicho anteriormente, el baile al ser transmisión pura de energía puede ayudar también a la consecución de los fines de la meditación. En este caso se transformaría en una meditación activa.
Dada la estrecha relación entre el psytrance con las culturas orientales, en especial la hindú, el baile acompañado del psytrance se ha convertido en un verdadero ritual de meditación activa. Es por esto que, como regla general, estas celebraciones se desarrollan al aire libre, en contacto directo con la naturaleza, con adornos alusivos a la cultura y religión hindú e incluso iniciando con el canto de mantras. Es por esto que un muchas portadas de discos o en la parafernalia de los rituales psytrance, se utiliza el símbolo del om (sonido divino más importante en el hinduismo).
Además, cabe añadir un detalle muy importante. Cuando nuestros sentidos, sobre todo la audición, reciben vibraciones musicales, éstas se transmiten hacia nuestro cerebro por señales eléctricas y que pueden traducirse en ondas. Está comprobado que cuando escuchamos música clásica, o música con mucha melodía, estas ondas son fluidas y estables; en cambio, la saturación de sonidos (no llegando al extremo del noise), provocan estímulos mayores a nuestro cerebro con ondas más aceleradas y frenéticas. Cuando este estado cerebral cesa, se produce un efecto de mucha pasividad y una sensación de purificación. Lo mismo se puede apreciar en la parte física de nuestro cuerpo (músculos, articulaciones, etc.). Esta sensación purificadora se llama catarsis. Finalmente, luego de una sesión de ritual psytrance, es posible alcanzar una catarsis del cuerpo y el alma.